Otro modo ciego de ver
Antonio Claros
- Madrid : Ediciones del Tapir, 1996.
- 28 p. ; 20 cm.
Por la ventana, llanura - Hadas no entran al sagrado paseo - La soprano como una oropéndola solloza - Es la golosina señorona del amor - De alto señorío este suceso - Hoy alberga el hospicio - Es una muerta - Dime por qué ese placer - Hoy con réquiem de Cherubini - Es un arcángel - Todavía niégase la flor a salir - Para qué hablarles de esta dicha - El interrogatorio en el abismo - Debe ser que se trae un asunto de filfas - ya los veo embobar el vitral - Recojo mi esqueleto - Vuelven indigencias impías - Época de la falta eschausta - Pececillos de la gozadera - No podía estar más escondida - A su danza va la ciega - Rebasado el mortecino candil
"La poesía, espacio de hallazgo o donde la imagen surte, y nos permite hablar con nosotros mismos, pero a través de las cosas. En esta experiencia volvemos sobre nosotros, pero en diálogo vivo (no extinto), procurando oír la voz y ver lo que la palabra inaugura: toda una experiencia sobre lo que resta o queda de las mordidas de la existencia. Madurez y sabiduría de lo secreto y peligroso. Ver al revés, lado del desaliento. Pero con palabra renovada: no patético ("golosina del amor"). Sintaxis y soltura que deja en claro una gestualidad resignada (esa baza principal). La palabra, nunca atenazada; más suelta ahora. Humor e ironía en imágenes (fuerza lúdica); ritmo y cohesión del poema (una precisión). Cosas menudas cotidianas, bien integradas en el discurso. Misterio, en el escenario o contexto: ¿es algo próximo o remoto y desconocido?." Jorge Rodríguez Padrón