Cubierta dura.

"Había una vez una pequeña oruga un tanto regordeta que se llamaba Menuda. La oruga y sus hermanas roían sin descanso las hojas más verdes y crujientes. Y todas se lo pasaban en grande. Pero esta vida duró cierto tiempo hasta que cada una de las orugas se puso a buscar un lugar donde posarse y descansar. Al cabo de un tiempo, todas ellas se habían convertido en bellas mariposas con la excepción de nuestra amiga Menuda, que continuaba siendo una oruga". — sitio web.