Los protagonistas de los cuentos de Samuel Cardich se mueven entre el sueño y la vigilia, entre la locura y la sensatez, entre la vida y la muerte. Situaciones trascendentes que parecen no tener fronteras que los separen con nitidez, llegando en muchos casos a confundirse y trastocar sus vidas en forma radical. Del mismo modo, El desfile de los años baldíos esta nutrido de personajes que se desplazan entre entusiasmos y apatías, que terminan por arrastrarlos al fracaso o la desolación; por solitarios que abandonan sus rutinas para ir detrás de una nostalgia o una quimera. Pero también, como es habitual en la escritura del autor, estos hechos extremos están casi siempre mitigados pro un hálito de buen humor, que sirve en parte para atemperar la aridez de la realidad que afrontan sus personajes.