El escritor pertenece a la: Generación del 40.

"Una sola sombra al frente es una novela conmovedora. Sé que la palabra conmovedora no está de moda según los cánones de la crítica especializada, pero eso no me importa demasiado. Porque cuando un libro posee la capacidad de emocionar en profundidad, posee también la capacidad de comunicar. Y porque después de haber viajado por estas páginas, el lector se siente realmente "comunicado". ¿Con qué? Con una realidad que no ha variado en cincuenta, sesenta años. Con una verdad peruana que es una verdad latinoamericana. Con ese personaje llamado Enrique Aet, ingeniero, que entre fines del siglo pasado y principios de éste quiso justamente eso: comunicar. Comunicar las dilatadas regiones de su país por medio de la telegrafía, luchando con la selva terrible del oriente peruano, con las lluvias destructoras, con los insectos ponzoñosos, contra una naturaleza hostil hasta la crueldad. Todo en una aventura angustiosa y angustiosa, en una suma de fracasos que permiten al autor, Augusto Tamayo Vargas, describir esa realidad en todas sus facetas, mostrar el proceso político-social de su pueblo en uno de los aspectos más difíciles, y encarnar en Enrique Aet no sólo a un pionero sino a un hombre..." (E. Gudiño)