Carlos Fuentes y su época.

"Las vicisitudes de la Revolución Mexicana que estalla en 1910 y las secuelas que dejó en las siguientes generaciones marcaron la producción artística de México hasta hoy. En la muerte de Artemio Cruz ( 1962), el autor realiza, mediante la introspección del protagonista, una poderosa evocación, que es también enjuiciamiento del período. Esta novela, una de las expresiones más lúcidas, dramáticas y audaces de la literatura mexicana, presenta un cuadro de la estructura social de la época y su posterior movilidad hasta nuestros días. Junto a Artemio Cruz, multifacético, humano, cruel y patético, que tan bien encarna un arquetipo en la historia del país, descuellan otros personajes conmovedores e inolvidables, también signados por la muerte, el dolor y en algún caso el amor. Carlos Fuentes recurre al empleo de innovaciones técnicas sin sacrificar un realismo descarnado: experimentación incesante con el tiempo que se ovilla regresivamente hacia los orígenes de los personajes y las historias; multiplicidad y paralelismo de planos y secuencias narrativas en una articulación cinematográfica; dinamismo en el punto de vista del discurso, alternando las tres personas según la atmósfera de violencia épica o el flujo de la conciencia le exigen emplear para mantener la progresión dramática de la historia; en fin, un discurso que se hermana, conversando su rostro propio, con los de autores como Carpentier, Cortázar, García Márquez, Onetti, Conti, Roa Bastos, Vargas Llosa y Benedetti, entre otros," contraportada