"Adam Dalgliesh es un magnífico poeta y un excelente detective. Dos cualidades que hacen de él un personaje único y que le permiten bucear por igual en el ánimo de víctimas y verdugos, de sospechosos y asesinos. De ahí, que sea capaz de desenredar el ovillo que parte de dos cuerpos salvajemente degollados en la sacristía de una iglesia rural y que conduce directamente a la residencia de una de las familias más distinguidas de Londres. De ahí, también, que puede afrentarse a ese crimen que conmueve a la opinión pública sin dejarse arrastrar por el sensacionalismo ni por las apariencias. Con inteligencia y sensibilidad. Dalgliesh demostrará que incluso tras el peor de los crímenes laten las angustias y temores de un ser humano." - contraportada.